Desconocido en origen, es una práctica que ha sobrevivido en
el tiempo gracias a ciertos personajes históricos, como el más conocido: Nicolás
de Flüe, hace tanto tiempo, u otros más contemporáneos, incluso de este último
siglo. Muchas de estas personas se iniciaron ellas mismas, sin ningún tipo de
noción anterior en el tiempo y podríamos decir que, de alguna forma divina, se
iluminaron para llegar a tomar una decisión tan drástica como dejar de comer y
romper los viejos paradigmas de muerte con tan solo su fe.
Para nosotros no es necesario, pues sabemos de otras
personas y podemos corroborar que esto existe, sin esperar que tan solo nuestra
fe nos mantenga vivos y sanos.
En el proceso evolutivo que sigue la ciencia, el humano
involucionó en alguno de sus caracteres físicos y psíquicos, capacidades
cognitivas que redescubrimos, pasado demasiado tiempo de atrofia y que ahora
empezamos a recuperar haciéndolas nuestras, pues son innatas e intrínsecas al
género humano. Una de ellas, sin duda, es el respiracionismo, la capacidad
humana de alimentarse de energía etérea. Tan extraño e imposible para las mentes
cerradas como si les dijéramos que nos alimentamos de amor, como los dioses del
Olimpo; por eso sucede que nadie lo entiende.
En la década de los noventa,
pudimos conocer a Jasmuheen, una pránica que publicó el primer libro moderno de
respiracionismo. La controversia y el desprestigio son sinónimos de su trayectoria,
en un intento de presentar a la gente esta práctica como un camino de rosas en el
cual debemos hablar con los ángeles o con nuestro yo superior, en pleno proceso
de desintoxicación, por medio de una deshidratación severa. Imaginaos lo bien
que se puede comunicar uno con su yo superior o su conciencia con 0 glucosa en
el cerebro. No. Jasmuheen nos ofrece un libro lleno de maravillosas palabras y
prácticas espirituales, pero poco útil para los más de 21 días de proceso de
desintoxicación, recuperación y asimilación de los que se compone físicamente
hablando, y dejemos a un lado las 4 personas que han muerto durante los 21 días,
con el libro Vivir de luz de
Jasmuheen al lado, en estos 20 últimos años.
En esta práctica, por el contrario, no hay nada preestablecido.
Los casos se parecen, pero todos son diferentes y aunque el resultado sea el
mismo, ni física ni mentalmente las experiencias resultan similares. Podríamos
decir que cada persona tiene una experiencia distinta siguiendo las mismas
pautas que todos. Pero en realidad, no hay dos experiencias iguales, porque
tampoco hay dos personas iguales.
Por eso, os contaré principalmente mi experiencia vivida, desde
ese punto de vista. Pero haré referencia siempre a los demás casos de los que
me he podido documentar en este tiempo de estudio del respiracionismo.
Antes de empezar
Si has notado que esta idea es para ti y te ves con deseos
de hacerla realidad, enhorabuena, tus
cuerpos físico, energético y espiritual se van a ver potenciados a pasos
agigantados. Físicamente no te cansas tanto, tus músculos y articulaciones
reaccionan mejor a los esfuerzos y su capacidad de recuperación también es
mayor, la mente está más clara, hay una mayor facilidad para la concentración,
la meditación y la atención, los sentidos se potencian y, con la ayuda de la
claridad mental, puedes sentir todo más intensamente; energéticamente puedes
notar tu cuerpo dentro de una constante energética sin bajones, ni parones por
digestiones o similares, sería como mantener una corriente energética
continuamente y con la capacidad de superación a los esfuerzos; y
espiritualmente se siente la necesidad y el placer de meditar con esa claridad
mental; las comunicaciones espirituales son más fluidas y menos forzadas.
Pero para llegar a todo eso, existen unos procesos físicos y
mentales que hay que hacer antes, durante y después de los tan famosos 21 días.
Motivaciones
El respiracionismo, visto desde fuera, se podría decir que
es casi un salto de fe. No existe ni existirá nada científico que lo ratifique o
apruebe, mientras sigamos bajo esta sociedad de chichi-nabo, que es una farándula
de enfermedades y mentiras que no hay quien se las trague. Por eso que ésta es
una experiencia para disidentes de la versión oficial de todo. Pues si tomamos
en cuenta la regla que llaman del 3 en supervivencia, tendríamos que no puedes aguantar
más de 3 minutos sin aire, más de 3 días sin agua y más de 3 semanas sin
comida. Bien, nosotros rompemos 2 de tres y quizás, algún día, podamos
redescubrir la manera de romper la tercera. Pero para llevar a cabo un proceso
tan abstracto y duro para los no tan yoguis, como dejar de comer y vivir en
esta sociedad caníbal, no nos basta con el hecho de querer hacerlo, para
superar el hambre (según quién), la sed y las costumbres. Sin embargo,
trabajando con una motivación real y de peso para ti, puedes formarte una
voluntad inquebrantable y no volver a necesitar comer.
En mi caso, las motivaciones eran claras, no quería que
ningún ser vivo pereciera para que yo sobreviviera y hasta ahora, salvo alguna
raíz de planta en infusión, se ha cumplido; como segunda motivación estaban las
toxinas. Es bien sabido por todos que en nuestra comida nos han estado cargando
de tóxicos y más tóxicos que incluso podemos ver en la lista de ingredientes,
sin que haga falta mentirnos. Podemos ver un E-950, por ejemplo, y no
importarnos el porqué; ni sabemos qué es, ni les importa que lo sepamos, porque
aunque está demostrado que se come el cerebro literalmente, no ha sido
publicado ni prohibido en ningún país. Y si no sale por la tele no existe, y
por la tele no te dicen que una simple manzana está cargada con 40 tóxicos y
que un filete, que crees de calidad, puede estar hecho de retales de carne y
grasa pegados, tratados con gases venenosos para “rejuvenecerlos” o mucho más
simple, los animales son todos clones, los tratan de malas maneras, mueren de
forma brutal y traumática (esto energéticamente es increíblemente del bajo
astral), los cargan de tóxicos, antibióticos, vacunas, hormonas de engorde y
crecimiento exagerados que les crean enfermedades en otros órganos que se comen
y llenan los músculos de agua, como los ciclos que se ponen los ciclistas y
culturistas; además, en las cadenas de despiece, la gente trata a patadas las
carnes y están todas llenas de mierda, hablando en plata, se rompe la cadena
del frío sí o sí una y otra vez durante la matanza, en el despiece, en el transporte,
en el proceso de conservación y almacenaje, y eso lo suplen con todos esos números
E que vemos en las etiquetas y de las que todo el mundo pasa; para ver, como
mucho, la fecha de caducidad y eso os hablo de productos un poco frescos, que
si ya están muy procesados, en plan cadena de comida rápida, que puede ser lo
más salvaje, nada es lo que parece, con sólo decir que en los nuggets de pollo no
existe pollo y llevan un derivado petroquímico, que es uno de los componentes
de la plastilina.
Sin motivación, no hay razones por las que llegar a cumplir
los objetivos o que perduren en el tiempo.
Los 21 días
El proceso se sucede en 21 días, comprendidos en 3 semanas,
diferenciando la primera como una desintoxicación del cuerpo y una desconexión
energética, la segunda como la recuperación de una intervención de tipo etérico
y la tercera donde se asimilan los diferentes cuerpos energéticos
reorganizados. Es un proceso que puede parecer lento o muy rápido, pero lo
cierto es que las diferencias y los resultados se notan, son obvios y si estás
atento, escuchando a tu cuerpo, puedes armonizar más fácilmente con todo,
haciendo este tiempo más sincrónico. Hay que decir que la labor no acaba aquí,
pasados los 21 días, el cuerpo sigue recuperándose. Los procesos de asimilación
pueden prolongarse un tiempo más, hasta que conectemos de nuevo con nuestro yo
superior y sintamos la armonía de los cuerpos.
Los 7 primeros días
Todo camino tiene un inicio, y él del respiracionismo
comienza con una semana sin comer ni beber. Aquí, nos encontramos con nuestros
paradigmas de la vida real, que dicen que en 3 días sin agua mueres. Hay gente
que pierde mucho peso durante los 7 días, por el contrario hay gente que o no
pierde apenas o deja de perder a los pocos días de comenzar; también hay gente
que sufre muchos dolores articulares y de vísceras u órganos, mientras que a
otros tan solo les duelen los riñones, debido a la deshidratación severa que ya
comentamos. La consigna es permanecer en casa y no salir para nada, dar apenas
unos leves paseos y tomar el sol de forma controlada, si es posible, y eso
siempre que apetezca o lo pida el cuerpo, pero nada más de actividad. Si
encuentras una buena distracción, úsala. La batalla es mental, los días pueden
pasar muy rápido o muy lentos, según lo vean tus ojos. Para soportarlos, lo
mejor es enjuagarse la boca todo lo que se quiera, sin llegar a tragar nada,
masticar hielo o un limón, este último, si lo consumes en exceso, te puede
causar heridas en la boca y lengua o estropear tu esmalte dental; aclara bien
tu boca después de cada limón. Son días para descansar y pensar poco. Es útil hacer
meditaciones sin actividad física. Tumbado en la cama, es perfecto para meditar profundamente con un
esfuerzo cero, pero recuerda que el cerebro en esos días funciona de otra
manera y a otra velocidad, pues el cuerpo se está purgando de años y años de
excesos y toxinas. Durante esta primera semana tan dura no se bebe, pero el cuerpo sigue generando saliva y tras cada enjuague o gargara las glandulas salivares segregaran saliva, al principio de la semana bastante fluida y al final bastante espesa y escasa. Escupe varias veces tras las gargaras, pero las glandulas seguiran generando y generando, este es el unico fluido que se nos permite tragar, nuestra propia saliva.
En algunos libros he tenido la ocasion de leer que te mantengas a oscuras, nada de eso, date baños de sol e hidrata tu piel mientras lo haces, con agua y aceite esencial de romero la experiencia es muy satisfacctoria, y duchate si lo deseas hasta una vez todos los dias, mejor duchas que baños pues la piel es demasiado permeable y el baño es demasiado relajante frente a la ducha que vigoriza y arrastra las energías inarmonicas de nuestros cuerpos más sutiles.
Esta es la semana clave en la desintoxicación de nuestro cuerpo.
En algunos libros he tenido la ocasion de leer que te mantengas a oscuras, nada de eso, date baños de sol e hidrata tu piel mientras lo haces, con agua y aceite esencial de romero la experiencia es muy satisfacctoria, y duchate si lo deseas hasta una vez todos los dias, mejor duchas que baños pues la piel es demasiado permeable y el baño es demasiado relajante frente a la ducha que vigoriza y arrastra las energías inarmonicas de nuestros cuerpos más sutiles.
Esta es la semana clave en la desintoxicación de nuestro cuerpo.
La segunda semana
Trascurrida la primera semana, tienes que comenzar a beber.
El primer trago siempre es especial, disfruta y siente el líquido recorriendo
el interior de tu cuerpo; bebe despacio,
escuchando a tu cuerpo qué te pide o necesita. En esta semana, podrás
tomar zumos con poca pulpa, pero lo ideal es ir subiendo gradualmente y muy
despacio. De tal manera que esta primera semana no deberíamos de tomar zumos
con una concentración de pulpa superior al 25% y nada de lácteos ni bebidas
fuertes. Las indicaciones siguen siendo permanecer tranquilo y con baja
actividad. Notaremos que nos cansamos mucho, pero que gradualmente mejoramos cada
día, sin apenas esfuerzo. La mente empieza a despertar y podemos sentirnos más
cómodos para meditar con conciencia. Es tiempo de escucharte muy atentamente y
disfrutar de los primeros cambios sutiles energéticos. Esta semana es de
curación íntegramente, la operación de tipo esotérico tiene que curar y aquí el
cuerpo comienza a utilizar sus mecanismos olvidados para recuperarnos. Si
dormiste mal o muy mal durante la primera semana, no te preocupes, en ésta
notarás un descanso y un sueño reparador, como cuando éramos pequeños y
podíamos dormir profundamente; además, los sueños son más lúcidos y se
recuerdan mejor. Existe una diferencia notable entre soñar con toxinas y sin
ellas en las venas. Recuperate y no tengas ninguna prisa en hacerlo.
La tercera semana
Esta semana, es de integración de los diferentes cuerpos
energéticos, la semana más sutil de todas.
Para empezar, aumentaremos la pulpa en los zumos otro 25%, continuaremos
sin lácteos y procuraremos no tener demasiada actividad y poco prolongada. Si
escuchas las señales de tu cuerpo, puedes parar a tiempo y no forzar la
actividad que estés desarrollando, pues
podría ser perjudicial para tu proceso y seguramente se alargaría aún más en el
tiempo. Descansa y disfruta sin aburrirte, pronto estarás perfectamente,
cargado de energía. Llegará el momento en el que tengas que meditar y
cerciorarte del acoplamiento de los cuerpos energéticos, además, de hablar con
tus "guías" y sobre todo con tu yo superior y asegurarte que está contigo de
nuevo, pues al comienzo de los 21 días cortamos la comunicación de energía y
sufrimos una especie de muerte energética, para reconectar de nuevo, tras una
desintoxicación tan intensa y extrema como es el respiracionismo.
Tras los 21 días
El camino no acaba aquí. Seguirás descubriendo cambios y notando las ventajas de
vivir de esta energía sin límites cada día. Terminar los 21 días es el comienzo
de tu nuevo camino, ahora la vida ha cambiado y si mantienes tu perseverancia,
no volverás a necesitar comer; si lo haces, es una necesidad meramente mental,
pues no notarás hambre. Pero tras toda una vida sin comer, si no cambias tus
costumbres y hábitos, sentirás deseos mentales, por rutina o aburrimiento,
estos son los factores fundamentales, y aquí vuelven a tomar importancia tus
motivaciones y la prueba de ver si tu fe está por encima de tu “mono” de comida.
Yo lo he sentido, y entiendo que la gente vuelva a comer, porque entre la vida
social en la que nadie te entiende y la gente cebándose en todas partes, resulta
a veces un poco cuesta arriba.
Las recomendaciones a partir de aquí, son seguir aumentando
la pulpa en las frutas, según te lo pida el cuerpo y empezar a tomar lácteos,
aumentando poco a poco la cantidad. Seguramente no te notes al 100% el día 22,
pero gradualmente tu capacidad de recuperación irá aumentando y, en pocos días,
te sentirás más fuerte que antes.
En las ciudades, no es posible vivir sólo de prana y agua. Para tener esta capacidad, deberíamos vivir en entornos lo más naturales y menos contaminados posibles. De ese modo, podríamos vivir plenamente de agua y prana y, algún día, poder pensar en dar el paso siguiente y dejar también de beber agua.
En las ciudades, no es posible vivir sólo de prana y agua. Para tener esta capacidad, deberíamos vivir en entornos lo más naturales y menos contaminados posibles. De ese modo, podríamos vivir plenamente de agua y prana y, algún día, poder pensar en dar el paso siguiente y dejar también de beber agua.
Escucha a tu cuerpo y todo irá bien.
No lo dudes, si surge un problema durante el proceso, será
tu cuerpo avisándote. Hoy se sabe que no todo el mundo puede hacerlo, pero se
desconoce el motivo.
El respiracionismo es una práctica que no se puede iniciar
antes de los 21 años.
En caso de embarazo, hay que volver a comer, obviamente.